La receta de hoy fue amor a primera vista. Dando mi acostumbrada vuelta por los innumerables blogs que visito cuando hay tiempo, de repente apareció esta belleza. No me pude resistir, me pareció tremendamente sexy.
No se si fueron los colores o las texturas pero la verdad es que fue mirarlo y pensar quiero hacer este pastel ya.
Y así empezó la historia de esta receta que he adaptado del blog Design*Sponge; y cuando la he probado no ha defraudado nada porque tiene unos sabores muy especiales completamente diferentes a los de cualquier otro pastel.
Este pastelillo tiene una compota que está hecha a base de higos morados (me parece que en España les llaman brevas), miel (en mi caso utilicé una de tomillo), jugo de naranja y un poquito de sal. El resultado final es una compota que es dulce pero lo justo e interesantemente especiada.
El bizcocho, que en la receta original está elaborado con pistachos---los cuales he intercambiado por piñones---, queda deliciosamente esponjoso. La verdad es que no sé si es una consecuencia de la utilización del aceite de oliva, pero he hecho algunos otros y nunca me había quedado tan esponjoso y ligero a la vez.
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