jueves, 15 de julio de 2010

Volviendo de Galicia

La semana pasada no he publicado nada porque recibí la maravillosa visita de mi madre, y porque hicimos el primer viaje de este verano. Fuimos a Galicia.

La visita de mi madre me ha llenado de alegría y nuestro viaje ha alimentado nuestro espíritu. Galicia es una tierra llena de misterio, historia, gente amable y trabajadora, paisajes maravillosos y una gastronomía sin igual.

España no deja de sorprendernos, tanta diversidad y riqueza cultural hacen de este país un verdadero paraíso. El viaje ha sido toda una experiencia, hemos conocido gente de toda España y en particular ha sido maravilloso conocer a mucha gente que se dedica a la agricultura.

Hablar con ellos ha sido una fortuna, he entendido porque la materia prima en este país es de primera. Hemos platicado durante horas del cuidado, el cariño y el mimo que ponen en sus pequeños o grandes huertos; de lo difícil que es mantenerlos pero de lo gratificante que es saber que están en la mesa de muchos hogares y en los mejores restaurantes cumpliendo su propósito.

A mi me chifla tener un huerto, aunque fuese uno muy pequeñito, pero no sé absolutamente nada al respecto, porque he de confesar que soy una pequeña rata de cuidad. Mi padre un obrero y mi madre una mujer dedicada al hogar siempre viviendo en la gran ciudad de México donde, al menos desde que yo tengo uso de razón, jamás ves una vaca, ni ovejas, menos un huerto ni árboles de frutos, nada, nada de eso.
Y aunque la familia de mi madre es del Estado de Oaxaca, donde tiene familia con tierras y animales, jamás he pisado ese paradisiaco lugar por una u otra razón, situación que estoy determinada a revertir en mi próximo viaje a México.

Así que ahora con tantas inquietudes al respecto hemos viajado alrededor de España desde que llegamos y ha sido una gran experiencia.

En esta ocasión Galicia fue la elegida y tengo que confesar que me he enamorado de esta región: de los huertos y de las manos que los trabajan; de las fuertes mujeres que en Galicia lo mismo mueven la tierra de sus huertos que van muy temprano a mariscar. De los hombres que faenan todos los días muy temprano y traen esos impresionantes especímenes con un sabor a mar que no he probado en ningún otro lugar.

Ahí les dejo unas fotos de nuestra maravillosa experiencia. Aprovecho también para contarles que estaré viajando y con visitas de México durante algún tiempo, así que intentaré en lo posible continuar con los post pero quizá la frecuencia no sea la misma.

Finalmente quiero felicitar a todos los españoles porque su maravillosa selección de futbol los ha hecho campeones del mundo. ¡¡Qué bonito se veía Madrid de rojo!! Y qué bien se siente ganar un mundial aunque sea por adopción.