Esta semana ha sido una semana muy productiva. Hubo de todo, galletas, cremas, comida tailandesa y hasta una masa hojaldrada. En fin ya les iré informando de cada uno de los proyectos.
En este post quiero contarles sobre mi primer acercamiento a la cocina asiática. En realidad ya antes había preparado algo de comida india. Aunque había sido más bien saltear cordero y mezclarlo con un frasco de curry ya preparado.
En esta ocasión, gracias de nuevo a uno de mis libritos de Parragon que tan buen resultado me han dado, se me metió en la cabeza probar algo de comida tailandesa. Al principio me pareció un poco complicado, sobre todo por la dificultad de reunir los ingredientes. Así que como siempre, le di unas cuantas vueltas al librito y a los supermercados hasta que di con esta receta para la que pude encontrar todo lo necesario.
La preparación aunque nada complicada, requiere tiempo, pues se debe preparar un día antes para dejar el solomillo marinarse en el adobo toda la noche. Esto dará mejores resultados que si sólo se marina la carne por unas horas.
Lo primero es preparar un adobo con chiles o guindillas rojas tailandesas, ajo, jengibre, semillas de sésamo (en mi país lo llamamos ajonjolí), salsa de soja y curry rojo.
Se tuesta el sésamo y se dispone con el ajo, el jengibre—que puede ser fresco y picado, o en pasta—y las guindillas en un mortero. Cuando todo está bien machacado se agregan la salsa de soja y el curry hasta formar una pasta con la que se adoban los solomillos previamente cortados en tiras.
Una vez que los solomillos estén bien cubiertos con esta mezcla se dejan marinar toda lo noche en la nevera.
Se sacan de la nevera unos 15 minutos antes de cocinarlos para que se encuentren a temperatura ambiente. Se pone aceite vegetal en una sartén, y se fríen las tiras de solomillo de 2 a 3 minutos por cada lado. Quiero resaltar que yo utilicé aceite de oliva en lugar de aceite vegetal y quedó muy bien.
En otra sartén pequeña se fríen en aceite de cacahuete (de oliva en mi caso), cebolletas partidas en diagonal y anacardos—nueces de la india en mexicano—que se disponen como adorno encima del solomillo.
El resultado final es un solomillo fragante y con un sabor muy especial. El jengibre aporta a la mezcla un toque de frescura y aligera el sabor espeso y cargado del aceite que desprende el sésamo al molerse, realzándolo mucho más. La soja y el curry hacen su labor de dar cuerpo y espesar el adobo; y las guindillas le agregan un toque picosito sabroso.
Se recomienda acompañar el plato con un arroz tailandés, también conocido como arroz jazmín, que posee un aroma delicado y que es ligeramente dulce. Otra alternativa es usar tallarines de arroz tailandeses.
5 comentarios:
alaaa que buena pinta!!!! y tiene pinta de picar un poquis! que bueno ñamñam
Un besito guapa!
Hola Clacker,
La verdad es que quedó muy bueno y respecto a lo del picante la verdad es que le daba el toque ideal al plato.
Por cierto cariño, que esperas para pasearte por las terrazas de Madrid.
Bises,
Claudia.
siii en cuanto acabe los examenes me voy de cabeza!!! te veo mañana.
Besitos!
Estimada Claudia,
Excelente rese~na de las terrazas y muy buena receta tailandesa. De hecho mi esposa y yo somos grandes fanaticos de la comida Vietnamita (bueno, con sazon de Nueva York). Espero andar en Madrid dentro de un par de semanas y si se concreta el viaje me dare una vuelta por ahi!!!
Saludos,
Loma,
Que gusto que vienes a Madrid, seguro que tienes que visitar al menos algunas de estas terrazas, seguro que te encantan.
Claus.
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