Los chiles poblanos son unos de los más característicos de mi tierra. Aunque se cultivan en algunas otras regiones de Centro y Sudamérica son principalmente conocidos por su utilización en la cocina mexicana.
Su tamaño, de aproximadamente 12 cm en promedio, permite rellenarlos de una gran variedad de ingredientes. Son famosos por su uso en la preparación de los chiles en nogada, un plato con mucha historia que espero compartir muy pronto con ustedes.
Su sabor es muy particular y se caracteriza por no ser excesivamente picante lo que lo ha hecho muy famoso alrededor del mundo y un ingrediente indispensable en la comida fusión que es de lo que va hoy este post.
Estos chiles que he preparado son una muestra de la cocina fusión franco-mexicana y son la obra de una mujer dueña de un pequeño pero maravilloso restaurante en la ciudad de México-La Bonne Table. Marion la responsable de esta receta, es una chef increíble que realiza una cocina que se caracteriza por su sencillez. Esto no significa que sea fácil pues lograr la mezcla de sabores que ella consigue requiere de un agudo conocimiento de los ingredientes y de mucha creatividad.
Desde hace unos años descubrí este lugar y este plato. Me enamoré de él y por fin se me ha hecho recrearlo. Curiosamente 6 años después, fuera de mi país, finalmente me he decidido y el resultado ha sido una bandeja llena de chiles que se vació en menos de 15minutos.
La receta es muy sencilla pero la mezcla de sabores que se consigue es excelente. Imaginen un hojaldre calientito, de primera, doradito y esponjado---que por cierto he preparado con mis propias manos---que cubre un chile carnoso y ligeramente picante que al cortar da paso al sabor cítrico y ligeramente salado de un queso de cabra Sainte-Maure y que finalmente se mezcla con un coulis de mango.
Como podrán ver las texturas también juegan un papel importante en este plato: el hojaldre crujiente, el chile carnoso, el queso fundido y el coulis con su textura pegajosa y dulzona, de verdad un placer para el paladar.
Ya sé que los que viven en Madrid están pensando, ¿dónde consigo yo los chiles poblanos? La respuesta es en una pequeña tienda llamada la Canasta Mexicana de la que hablaremos algún día en este blog.
Ahí en la calle de Segovia pueden comprar una lata de chiles poblanos que vienen ya asados y pelados y a los que sólo hace falta retirar algunas semillas que se han quedado dentro, la lata contiene entre 7 u 8 chiles y son de excelente calidad. Supongo que esta misma marca—San Miguel---estará disponible en algunos otros lugares donde vendan productos mexicanos.
Así que no hay pretexto, quien sea aventurero tiene que probar esta receta. Si aún piensan que eso del picante no es lo suyo, pues ahí va un truco: sacar los chiles de la lata, escurrir y poner en agua caliente con sal, cambiar el agua unas dos veces y listo el sabor picante disminuirá considerablemente aunque sin perder su sabor característico.
Suerte con la receta y quien los prepare espero que me haga saber sus impresiones.
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